Los scientologists de Taiwán fueron honrados por el esfuerzo de ayuda al desastre seguido por el Tifón Morakot.
Los Ministros Voluntarios de Scientology Fueron comendados el 17 de Octubre en una ceremonia por su papel en ayudar a Taiwán a recuperarse del Tifón más mortal que ha azotado el país en 50 años. La Sra. Mei Tsu Lee, representando a la Iglesia de Scientology en Taiwán, aceptó el premio presentado por la Asociación de Jóvenes Voluntarios y el Consejo de la ciudad de Kaohsiung. Muchos otros grupos e individuos también fueron reconocidos en el evento.
El Tifón Morakot azotó el sur de Taiwán el pasado agosto, matando a más de 600 personas y se estima que causó 1.500 millones de dólares en daños. Más de 2,7 metros de lluvia inundaron la isla causando récord de inundaciones y deslizamientos de lodo que enterraron aldeas enteras.
A pesar de que más de 20.000 tropas fueron presionadas para servicio de ayuda en desastres, sin la comunidad de voluntarios el país no hubiera podido arreglárselas con las necesidades de unas 7.000 personas que perdieron su hogar y la enorme operación de limpieza que se necesitaba para restaurar la isla a cualquier parecido a la normalidad.
Las camisetas amarillas y brillantes de los Ministros Voluntarios de Scientology rápidamente se volvieron una vista agradable en los días posteriores al tifón. Los scientologists ayudaron a distribuir comida, agua y suministros y se arremangaron para ayudar a las aldeas a limpiar montañas de lodo que estaban por doquier.
Pero las ayudas de Scientology, primeros auxilios espirituales, fueron la contribución más valiosa de los Ministros Voluntarios de Scientology. Las Ayudas son procedimientos desarrollados por L. Ronald Hubbard que proporcionan alivio por medio de dirigirse a los factores emocionales y espirituales en el estrés, trauma, enfermedades y lesiones.
“No podía cerrar mis ojos para dormir”, dijo una mujer que sobrevivió a la tormenta. La ayuda le dio alivio inmediato. “El sentimiento de insensibilidad se fue y ahora puedo dormir”.
“Gracias por ayudarme a poner una sonrisa de nuevo en mi cara”, dijo una persona que se le asistió con una ayuda. “La presión se fue”. Ella pidió que le enseñaran las técnicas para que así pudiera ayudar a su familia y a sus vecinos.
El cultivo de plátanos de una mujer de 64 años fue literalmente removido por el agua; parecía que el tifón había destruido todo. Ella estaba desesperada, con preocupación de cómo ella y su hija iban a continuar. Pero después de su ayuda todo parecía diferente: Ella estaba relajada, de hecho optimista, ya que había comenzado a planear el futuro.
Los Ministros Voluntarios no estaban ahí solo por las victimas de Morakot, también les dieron ayudas a los militares que estaban llevando a cabo la respuesta al desastre. Un soldado estaba tan impresionado por el cambio que experimentó con la ayuda, que le pidió a los Ministros Voluntarios que le enseñaran a darlas. El dijo: “Realmente me sentí con suerte de haber ayudado en este desastre. Nunca he estado tan involucrado en una actividad que signifique tanto. Ahora quiero hacer más”.